
JULIO 2025
Conciencia Corporal en Movimiento y en Reposo en el Masaje Tailandés: Fundamento Interno del Nuad Thai
Por Mónica Albarrán
Tiempo de lectura: 3 minutos
El masaje tradicional tailandés (Nuad Boran) es mucho más que una técnica manual: es una práctica corporal-meditativa que requiere del terapeuta una presencia física, mental y energética profunda. Uno de los pilares silenciosos de esta disciplina es el desarrollo de la conciencia corporal, tanto en movimiento como en reposo. Esta habilidad no solo protege al terapeuta, sino que también potencia la calidad del toque y la transmisión de energía (lom/prana/chi) al receptor.
Conciencia corporal: ¿Qué significa en la práctica del masaje tailandés?
La conciencia corporal en este contexto se manifiesta como:
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Atención plena al cuerpo propio durante la sesión.
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Sensibilidad hacia el cuerpo y energía del receptor.
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Alineación postural funcional.
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Presencia desde el hara (centro energético bajo el ombligo).
El terapeuta de Nuad Thai no trabaja con fuerza muscular, sino que moviliza, presiona y estira desde su estructura interna y con la ayuda de la gravedad, respiración y alineación.
Movimiento consciente: base de la ergonomía terapéutica
En el masaje tailandés, el terapeuta se mueve continuamente alrededor del cuerpo del receptor, en posiciones de suelo como seiza (rodillas dobladas), semi loto o en cuclillas. Este movimiento requiere fuerza interna, estabilidad y conciencia postural.
Elementos clave:
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Uso del peso corporal, no de la fuerza local.
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Transiciones fluidas entre maniobras sin desconectar el contacto.
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Activación del centro (hara/dantien): el impulso del movimiento parte del abdomen bajo, permitiendo una dirección energética clara y protegida.
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Alineación articular natural, evitando colapsos en muñecas, hombros o columna.
Moverse con conciencia reduce el desgaste físico, evita lesiones y genera un ritmo meditativo que regula tanto al terapeuta como al receptor.
Reposo consciente: presencia durante la quietud
Aunque el masaje tailandés es dinámico, también incluye momentos estáticos de presión sostenida o posturas pasivas (como estiramientos asistidos tipo yoga). En esos momentos, el terapeuta no “descansa” desde el abandono, sino desde una atención relajada.
Aplicaciones prácticas:
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Durante una compresión mantenida (sen lines): el terapeuta mantiene un contacto atento, modulando la presión según la respuesta tisular del receptor.
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En estiramientos asistidos: se mantiene una respiración consciente que acompaña la extensión, sin forzar.
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En el silencio: se entrena la capacidad de “estar” sin hacer, respetando los tiempos del cuerpo del otro.
Este reposo atento permite que el receptor también entre en estados parasimpáticos profundos, facilitando la integración terapéutica del masaje.
La respiración como guía interna
En Nuad Thai, la respiración es una herramienta terapéutica para ambos. El terapeuta utiliza la exhalación para:
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Conducir el movimiento.
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Soltar tensiones propias.
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Sincronizarse con el ritmo del receptor.
Una respiración lenta, abdominal y conectada al movimiento estabiliza el sistema nervioso autónomo y convierte la sesión en una meditación en movimiento.
Beneficios técnicos de cultivar esta conciencia
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Mejor ergonomía corporal.
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Mayor sensibilidad energética.
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Toque más profundo sin necesidad de fuerza.
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Reducción de fatiga física y mental.
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Aumento de la presencia terapéutica.
Entrenamiento somático para terapeutas tailandeses
El desarrollo de la conciencia corporal no es opcional: es un entrenamiento paralelo a la técnica. Algunas prácticas recomendadas:
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Tai Chi o Qi Gong, para desarrollar fluidez, centro y respiración.
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Yoga terapéutico, para integrar alineación y respiración.
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Meditación vipassana o anapanasati, para cultivar la atención y ecuanimidad.
"En el masaje tailandés, el terapeuta no "trabaja sobre" el cuerpo del otro: trabaja con él, en un diálogo silencioso que requiere escucha, precisión y presencia. La conciencia corporal en movimiento y reposo es lo que transforma una secuencia de maniobras en un arte terapéutico completo. Cuanto más habita el terapeuta su propio cuerpo, más profundamente puede acompañar al otro a habitar el suyo".
-Mónica Albarrán